¿Patatas o cachelos? ¿Qué son?

Publicado el: 04 de octubre de 2021

Patatas o Cachelos

Estamos seguros que al escuchar la palabra “cachelos” lo primero que se te viene a la cabeza es la deliciosa gastronomía gallega, en la cual estas patatas cocidas juegan un papel especial. Pero, ¿qué son? ¿Son solo patatas cocidas? Sigue leyendo.

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¿Cómo se le conoce a los cachelos?

En las zonas costeras de Pontevedra y A Coruña entienden por cachelos las patatas cocidas sin piel en agua con sal. Y en el interior de A Coruña los cachelos son patatas con piel, troceadas y cocidas en agua con sal.

Si nos remitimos a la post-guerra civil, sobre todo hacia la zona del interior de Lugo, los cachelos (de cacho o pedazo) eran los trozos que quedaban de patata tras cortar los brotes para la siembra. Esos trozos que “sobraban” se cocían con piel. Comerlos se asociaba con la clase baja, ya que las familias de bien se los daban a los cerdos con otros alimentos.

Otra acepción también hace referencia a la patata troceada, pero en este caso se deben escachar, es decir, no cortadas totalmente con cuchillo sino dejando que la patata se parta parcialmente por donde ella quiera. Al romper la patata de esta manera, la fécula hace que adquiera un sabor característico, distinto a la que es cortada totalmente con el cuchillo.

Según los alimentos a los que acompañan los cachelos también varía su manera de presentarlos.

La manera más común es adobados con aceite de oliva y pimentón. Hay incluso quien los cuece en el agua tras la cocción del pulpo, lo que les da un tono rosáceo a los cachelos y un sabor único. También suelen presentarse para acompañar a pescados y verduras con una ajada (ajo crudo y aceite) o con la típica salsa “a la gallega”.

¿Qué patatas elegir para hacer cachelos?

Hay muchas especies de patatas gallegas, sin embargo, lo importante es buscar patatas que estén recomendadas para su cocción. Se pueden elegir patatas de origen gallego, como las Kennebec, las más utilizadas para hacer cachelos.

Cómo hacer cachelos para el pulpo

Lo primero es lavar bien las patatas bajo el grifo para eliminar cualquier resto de tierra. A continuación, hay que cocerlas en abundante agua, asegurándose de que queden completamente cubiertas. Dependiendo de su tamaño, se cocerán solo con sal, aunque también se pueden añadir unas hojas de laurel para darles más aroma y sabor. Esta forma de cocción les otorga un sabor mucho más intenso, lo que las convierte en el acompañamiento perfecto para el pulpo o pescado frito.

Deben cocerse a fuego moderado hasta que, al pincharlas con un cuchillo o tenedor, estén tiernas. Es importante controlar el fuego para evitar que la piel de las patatas se rompa. Una vez cocidas, para acompañarlas con pulpo, lo ideal es mezclarlas con sal, pimentón y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.